miércoles, 10 de abril de 2013

LAS 6 POSIBLES ETAPAS DEL PROBLEMA. EL INICIO.

La mayoría de los problemas se desarrollan en 6 fases concretas, en sus comienzos parecen inofensivos pero van incrementando su tamaño y su aparición, y se vuelven casi insuperables en caso de que no les plantemos cara, incluso a los líderes proactivos, se les viene encima un arriesgado y agotador proceso de 6 paso que a buen seguro prolongará el dolor de toda la organización. Trataré de explicar en esta entrada la fase inicial que vamos a denominar;

LA CHISPA DE LA LLAMA

Supongo que sigue ocurriendo, cuando vienen algunos asesores anquilosados en el pasado, a convencernos de que veamos los problemas de los demás como una bendición, como si fuese una suerte creativa que se transformará en la creación de un fantástico equipo. Incluso nos hacen repetir hasta la saciedad que "Los problemas no son negativos. Son positivos", y nosotros nos lo creemos, pues mal, error descomunal. En casi todo los conflictos interpersonales que he vivido, todo comienza con rencores que se cuecen muy despacio, y se van intensificando a medida que se crean presiones y se encuentran éstas personalidades.
Siempre cómo directivos, líderes o ejecutivos, debemos intervenir si alguna persona muestra la mínima señal de atacar los nervios de los demás, así en esta fase debemos ofrecer a los empleados la oportunidad de airear y explicar lo que les molesta de los demás, pero debemos dirigir su frustración de manera que no se alimente de sí misma y encontrar una salida para que todos dejen de maquinar y comiencen a trabajar en una solución. Lógico que algunas personalidades de la empresa avivarán la llama, en lugar de expresar preocupaciones y pedir ayuda, se callarán y seguirán con su propio tormento interior.

El aspirador resentido. Es la típica persona que le gusta guardar rencor, absorben cada desaire (real o infundado) como una carga que deben llevar en lugar de airear y explicar sus objeciones, guardan silencio aumentando su furia y cuando se les pregunta niegan que algo vaya mal, nos ofrece frases del tipo "yo no soy el problema" o "sólo me meto en mis asuntos", cuidado con él, debemos dedicarle su tiempo e intentar penetrar su coraza.

El soldado disciplinado. Es el empleado perfecto, siempre insiste en que lo que dice o hace está bien sin discusión, es lo correcto. No tolera que algún colega no esté de acuerdo en algo, o incluso le propongan alguna duda. En ese momento los que antes eran amigos se suelen convertir en adversarios, y nos trasmite sus explicaciones favoritas "sé que tengo razón en esto" y "no hay otra explicación", son tozudos y nos costará hacerle entrar en razón, empleemos términos neutros y positivos para mantener a raya sus emociones negativas

El engranaje dentado. Es alentador dirigir a las personas que trabajan mucho y bien, pero en ocasiones se enorgullecen de estar muy ocupados y se consideran los héroes salvadores. Son personas que se entierran en su trabajo y se molestan con los demás por hacer demasiados descansos o hablar mucho, y sueltan frases así "al menos alguien trabaja aquí" o "no tengo tiempo para eso", cuando se les requiere de sus colaboración, nuestra misión hacerles ver que somos un equipo y todos somos importantes para la organización.

El fantasma insensato. Algunos empleados quieren aparentar que todo va bien y no prestan atención a las complicaciones y contratiempos, a veces eso está bien, pero evitar la cruda realidad sólo funciona a ratos, o se involucra y nos contesta con "eso no me molesta en absoluto" y "no me importa lo que pase".

No me equivoco si digo que todos reconocemos a algunos de estos tipos de personalidad entre nuestros empleados, así que hagamos un esfuerzo con todos ellos y procuremos mantener abiertas las vías de comunicación, debemos mostrarnos accesibles y escuchar todo sus problemas antes de que crezcan.

Recordemos que la cercanía de un desastre puede ofrecernos una oportunidad de aprender realmente valiosa, y sobre todo dar a los empleados la posibilidad de explicar lo que les molesta.

Un saludo a tod@s.

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